Y aconteció aquella noche que vino la palabra de Jehová a Natán, diciendo: Ve y di a mi siervo David, Así ha dicho Jehová; ¿Tú me has de edificar una casa en la que yo moré?

Ciertamente no he habitado en una casa desde el día en que saque a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en una tienda y en un tabernáculo.

(2 Samuel 7:4-6)

Y entro Jesús en el Templo de Dios y echo fuera a todos los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas;

Y les dijo; Escrito esta: Mi casa, casa de oración será llamada, pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. 

(Mateo 21:12-13)

Que nuestras vidas sean siempre Templos del Espíritu Santo, caminando en santidad, en oración, en los mandamientos del ETERNO caminando en la senda de sus convenios y ordenanzas, sacando de nuestros corazones toda inmundicia, y siendo cada día purificados y moldeados como vasijas en las manos del alfarero. Jesús el Mesías.

SANTIDAD AL SEÑOR